Esta noche comienza algo. Difuso e incierto, como la propia inspiración que hoy encuentro. Te miro. Te observo. Entrecierro los ojos para intentar recibir alguna señal. Algo de luz. Pero lo veo no es la oscuridad que te caracteriza. Ni tampoco esos lunares centelleantes que ocupan tu inmensidad. Solo hay gris. Sin forma ni expresión. Solo un manto grisáceo y difuminado que te oculta. Espero que no tarde en precipitarse entre gotas. O que navegue lejos hasta desaparecer, de manera que puedas volver a lucir como de costumbre, a animar a tantos a perderse para encontrarse.