CAMBIO DE VIDA Por fin después de tanta espera podía pisar su paraíso. Le resultaba gracioso su propio pensamiento,¿cómo podía decir pisar si sus pies ya no tenían vida? si estaba atada a una silla para siempre, ridículo,¿no? se dijo, y una sonrisa asomó a su cara por que ya había aprendido a no compadecerse; había aprendido a tomar solo lo bueno y no pedir nada más que lo que se nos da. Con cuidado era conducida por su asistente, una muchacha joven, de brazos fuertes, que la servía con eficacia y cierto grado de afecto, o eso sentía ella. Era eficiente y se esmeraba en complacerla en todos sus deseos e incluso siempre le preguntaba si estaba conforme y si necesitaba algo más. Ya no sentía odio hacia nadie y no se veía como alguien superior con derecho a gozar de privilegios para unos pocos elegidos. En estos últimos años había aprendido que todos teníamos iguales derechos y por eso podía sentir que la vida era generosa por haberle dado la posibilidad de estar allí. Mientras pensaba todo esto lo vio, no podía olvidar ese rostro. Había esperado más de treinta años, toda la vida detrás del sueño de estar donde estaba. Los primeros fueron años de escalar, por que antes de encargada había sido empleada y había dejado atrás a todas para ser la mejor; aunque solo fuera a la vista de sus superiores, valiéndose de engaños y actos que ya no quería recordar. ¡Qué fácil le había resultado envolver a unas para convertirlas en sus armas; sus compañeras eran presa fácil, solo instalaba un rumor y ellas mismas se encargaban de difundirlo. Así sus posibles rivales quedaban descartadas a la hora de elegir candidata para un ascenso; bastaba deslizar un comentario, infundado generalmente, sobre alguien y después todas lo daban por cierto. Así logró convertirse en la encargada y fue implacable con todos. Revisaba minuciosamente cada prenda cosida por los operarios y controlaba las cantidades que producían, toda falta era denunciada y sonreía satisfecha cuando los denunciados eran sancionados con suspensiones o despidos. Se había alegrado cuando a ese infeliz lo habían echado como a un perro sarnoso, por incompetente, y se indignó desconcertada cuando antes de marcharse la fue a saludar y le agradeció por lo que le había enseñado, creyó que se burlaba y no le tendió la mano que le ofrecía. Entonces empezó a soñar con poder viajar a una isla tropical para pasar unas vacaciones de lujo y poder ser parte de esa pequeña porción de privilegiados que gozaban de posición y estatus. Quería contar con el dinero suficiente para ser una gran señora y no desentonar. Los años fueron pasando y nunca creía tener bastante, hubo tiempos malos, de gastos inesperados, y otros mejores en los que sentía estar próxima a conseguir lo suficiente. Pero, entonces, cuando estaba cercana a su meta comenzó a tener problemas de salud, inestabilidad, falta de fuerza y dolores en distintas partes del cuerpo. Por primera vez en su vida se sintió vulnerable. luchó para combatir esa fuerza invisible que quería dominarla. Fue al médico y le indicaron estudios que no explicaron el origen de su mal. Empezó a tomar vitaminas para reforzar su sistema inmunológico, pero el terapeuta le dijo que debía encontrar las respuestas dentro suyo.
CELIA 29/11/24