Alpiste a los aviones —Ramón Nogueras

Muchas veces el mundo es un lugar extraño y aleatorio, donde pasan cosas que no podemos entender y en las que no podemos influir. Las teorías de la conspiración nos dan una sensación de control y nos pueden servir para aliviar la ansiedad debida a la incertidumbre. Asimismo, las conspiraciones te hacen sentir parte de la gente lista, de la gente que sabe, no como el resto de las masas aborregadas que no ven más allá de la superficie. Y te sientes así, aunque en realidad seas un matao, más tonto que echarle de comer alpiste a los aviones. Porque reduces la disonancia entre cómo debería ser el mundo y cómo es.