¿Vale la pena jugar Sonic Frontiers en 2025? Un viaje a las Islas Starfall
¡Bienvenido a las Islas Starfall! Pero ¿qué tan divertido es quedarse aquí?
Decidí darle otra vuelta a Sonic Frontiers en pleno 2025, una de esas decisiones impulsivas alimentadas por un ataque de nostalgia. Recordaba que el juego fue algo divisivo cuando salió, así que me pregunté: ¿Qué tan bien ha envejecido? Desde los primeros minutos, me topé con un paisaje que, aunque ambicioso, parece haber sido pintado con acuarelas algo desteñidas. El motor gráfico se esfuerza, pero es difícil ignorar lo irregular de los entornos. Eso sí, las Islas Starfall tienen sus momentos. Hay algo innegablemente hipnótico en recorrer vastos campos verdes con Sonic, sintiendo el viento virtual mientras recolectas anillos y derrotas enemigos. Pero, ¿es suficiente para mantenerte enganchado?

Los sistemas de combate: una carrera con altibajos
Si algo me frustró entonces y ahora, es el sistema de combate. Las peleas no se sienten basadas en habilidad; están controladas por la cantidad de anillos que lleves contigo. Si entras con pocos, ya estás en desventaja. Esto no solo limita la tensión, sino que también le quita cualquier sensación de logro. Las habilidades especiales, como el Cyloop (donde Sonic deja un rastro de energía al correr), son una idea interesante, pero rara vez me sentí motivado a usarlas fuera de las pocas ocasiones donde el juego casi me obliga. Aun así, hay momentos de adrenalina cuando luchas contra jefes masivos; las mecánicas no son perfectas, pero el puro espectáculo de estas peleas a veces compensa.

Explorando las Islas Starfall: ¿un sueño o una pesadilla?
Una de las mayores promesas de Sonic Frontiers era su mundo abierto. Y, si eres alguien que disfruta explorar cada rincón de un mapa y coleccionar secretos, puede que encuentres cierto encanto aquí. Las Islas Starfall son enormes y ofrecen una buena variedad de biomas: desde praderas verdes hasta misteriosos desiertos. Sin embargo, moverse por el mundo no siempre es tan satisfactorio como debería ser. Sonic tiene dos velocidades: “imparable” y “impreciso”. La falta de precisión hace que completar ciertos retos de plataforma sea frustrante, lo que contradice por completo la filosofía de fluidez y velocidad que define a Sonic.

Además, las misiones secundarias no son especialmente memorables. Muchas veces me encontré recolectando llaves o esmeraldas del caos sin sentirme realmente conectado a la narrativa. Eso sí, hay algo relajante en simplemente correr, ignorando los objetivos por completo. Aunque esto habla más de lo divertido que puede ser Sonic como personaje que de la calidad del diseño del mundo.
Los niveles de ciberespacio: un guiño al pasado
En contraste con el mundo abierto, los niveles de ciberespacio son lineales y recuerdan a los clásicos juegos de Sonic. Si alguna vez jugaste Sonic Generations o Sonic Colors, te sentirás como en casa aquí. Cada nivel está diseñado para ser rejugado, ofreciendo objetivos secundarios como terminar en tiempo récord o recolectar anillos escondidos. Este es uno de los aspectos más divertidos del juego y, honestamente, una razón para volver en 2025.

Pero incluso aquí hay problemas. Los controles de Sonic no siempre responden como deberían, y esto puede ser fatal en niveles que requieren una precisión milimétrica. A veces, la frustración superó al disfrute, especialmente cuando me veía obligado a repetir las mismas secciones una y otra vez.
Narrativa: ¿Sonic serio?
Algo que sigue siendo desconcertante es el intento del juego por darle un tono más serio y “profundo” a la historia. Sonic y sus amigos siempre han brillado por su ligereza y humor, pero aquí se siente como si estuvieran atrapados en un drama que no les corresponde. La trama trata de explorar temas de sacrificio y soledad, pero nunca logra profundizar lo suficiente como para que realmente importe. Los diálogos son torpes, y aunque hay algunos momentos conmovedores entre Sonic y sus amigos, la narrativa en su conjunto no logra despegar.

¿Entonces, vale la pena en 2025?
Sonic Frontiers es un juego lleno de buenas ideas ejecutadas a medias. Tiene destellos de brillantez: la sensación de velocidad, los niveles de ciberespacio, y algunos enfrentamientos espectaculares. Pero también tiene problemas fundamentales, desde sus controles hasta su diseño de mundo abierto. Si eres fan de Sonic, probablemente ya lo jugaste y quizá quieras revivir algunos momentos. Pero si buscas una experiencia de mundo abierto pulida y emocionante, hay mejores opciones en 2025.
En mi caso, disfrutar de las Islas Starfall en esta época fue un ejercicio de paciencia y nostalgia. Pero, a pesar de sus fallas, hay algo entrañable en volver a ver a Sonic intentar algo nuevo, incluso si no siempre lo logra.