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Seis meses han pasado ya del acampe de la avenida Uruguay, de los cortes en la ruta 12, en la 14 y en otras rutas provinciales, a lo largo y ancho de toda la provincia. Cinco meses han pasado de la firma de aquel acta donde los funcionarios públicos se comprometían a no criminalizar a los docentes y recuperar sustancialmente el salario de la docencia misionera que viene cayendo estrepitosamente desde octubre del 2023. Ninguna de las dos propuestas fueron cumplidas. Por un lado, nos encontramos con la compañera Mónica Gurina y el compañero Leandro Sánchez siendo apretados por el brazo de la ley, con una causa abierta que parecería ir a juicio. Por el otro, las promesas de aumentos se transformaron justamente en eso...promesas y nada más.

Quisiera que hagamos un poco de memoria para recordar la cronología de todo esto pero también para pensar en donde estamos hoy parados. Recordemos que gran parte de esto comenzó en noviembre del 2023, cuando el gobierno provincial no giró la plata de la garantía provincial ni del FONID a todos y cada uno de los docentes misioneros. ¿No se acuerdan? Hagan memoria, porque de noviembre del 2023 a febrero del 2024 la maestra misionera percibió la miserable suma de 168 mil pesos, ya que los aportes de Nación no ingresaron en nuestros saldos, pese a que en noviembre y diciembre la gestión nacional anterior sí los había enviado. El colega Carlos Lezcano habló largo y tendido de esto, explicando cómo la plata sí había ingresado y que probablemente se fuera a un plazo fijo a generar intereses. Mientras, las maestras de Misiones pasaron uno de los veranos más difíciles de su historia, cobrando la indigente cifra de 168 mil pesos, en medio de meses donde se registraron los valores más altos de inflación en años. Lezcano también nos mostró como la provincia recibía en enero un porcentaje de coparticipación más alto que el año pasado, incluso teniendo en cuenta la inflación: toda esta es información pública, no estamos inventando nada, son datos crudos y duros, el que no crea, que haga el trabajo periodístico de buscar. Precisamente ese fue el inicio de lo que los medios llamaron “el misionerazo”, que no se inició con los policías sino que se fue gestando lentamente desde las bases docentes, que vivieron un verano de hambre total debido a la decisión gubernamental de recortarles el sueldo.

amenaza

Hoy la realidad es distinta. Luego de aquellas masivas movilizaciones, de cortes por todos lados, de reclamos frente a la legislatura, de la contraofensiva ñoqui en el famoso “#30M”, se llegó en junio al acuerdo de recomposición salarial y borrón y cuenta nueva de las causas judiciales. Más nada de eso pasó. De hecho, no solo no paso sino que la criminalización se ha potenciado aún más. Todos los trabajadores de la educación misionera, y también la sociedad civil, saben lo importante que fueron las redes sociales durante ese conflicto: fueron el trampolín para saltar el cerco mediático que opera en esta provincia. Durante aquellas semanas, fueron Instagram, Twitter, TikTok o Facebook, espacio de lucha digital, donde se buscó visibilizar nuestro mensaje y fundamentalmente atacar las mentiras pergeñadas desde el poder. Hagan memoria, colegas: todas las cuentas de los funcionarios públicos y ministerios tuvieron que cerrar sus comentarios para que dejen de fingir demencia ante una apabullante realidad. Hoy en día todas esas acciones que se realizaron, que son justas, y no solo justas, sino que son constitucionales ya que se amparan dentro de la libertad de expresión y la libertad de prensa, serían fácilmente catalogadas dentro de la nueva ley mordaza que busca acallar voces en espacios digitales. Bajo la excusa de las calumnias e injurias, los funcionarios públicos pueden denunciar a ciudadanos que expresen su opinión en las redes, tal como hicimos durante aquellas semanas de álgido conflicto social. Basta hoy día para repasar las redes de funcionarios de la renovación para encontrarlos hablar de “evitar el caos social, la sedición, las calumnias injustas” en sus perfiles de Instagram o Twitter. Más algunos de estos funcionarios se la pasan calumniando e injuriando en redes a distintos referentes docentes o incluso políticos de la “oposición”: ya lo dijo el gaucho Martín Fierro en 1869: es la ley como el cuchillo, nunca ofiende a quien lo maneja”.

El nivel de persecución y sometimiento al que quieren llevarnos es total. Buscan acallar a todo el mundo pero saben que con la docencia no la tienen fácil, saben que basta una pequeña mecha para que la docencia se levante de nuevo como ya lo ha hecho. ¿O acaso usted, colega, no tiene ganas de marchar y ejercer su derecho a la protesta y a la libertad de expresión? Piense lo siguiente: mientras usted anda esquivando puás en su bolsillo, en el CGE se la pasan eligiendo gente a dedo, inventando cargos y cagando a los otros colegas que quieren iniciarse en el mundo docente. ¿Realmente creen que es normal el funcionamiento del CGE y la obtención de cargos?¿Se piensan que esto es SOLO un problema salarial? El nivel de irregularidades que existen para ingresar a la docencia en esta provincia es absurdo y de nuevo, no es un invento, digo, no es una calumnia, es una realidad: señores policías del pensamiento, hay varios casos documentados en medios locales que dan cuenta de este nivel de corrupción alevosa.

La apatía solo genera aceptación de la miseria y la corrupción y precisamente esos nos son valores que los docentes deben tener. Resulta difícil para algunos colegas movilizarse pero, ¿no les resulta más difícil aceptar y dar por natural vivir en un estado de miseria y corrupción total? ¿Cómo puede ser que haya tanto manoseo para el ingreso a la docencia? Todo esto es posible por la no movilización y la falta de masividad, ¿o se creen que pasamos de cobrar 168 mil en febrero a 450 mil en junio porque el cacique feudal de la provincia sintió que debía elevarnos el sueldo por puro altruismo? No señores, eso sucedió porque hubo una docencia que corto todas las rutas que había que cortas, que acampó donde se tenía que acampar y que fue a la casa de todos y cada uno de los funcionarios renovadores que nos llevan a este estado de miseria planificada. Esa docencia seguirá yendo a cada casa, a cada lugar donde estos tipos pongan su cuerpo, porque mientras nos mantengan en la miseria, nos persigan, busquen acallarnos y judicializarnos, mientras eso pase, habrá un docente, o mejor dicho, habrá una maestra, una mae, sí, una mujer misionera, parada frente a estos aristocratas de cuarta que viven en la opulencia mientras nosotros tenemos que andar reventando la tarjeta para ver cómo mierda llegar al mes siguiente.

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Colegas, el año se termina, el aumento parece no llegar y nuevamente estamos llegando al mismo punto del año pasado. Sobran razones para movilizarse, para realizar un paro, para activar nuevamente nuestras redes de forma masiva, para comenzar a agitar el avispero de esta provincia que si no fuera por nosotros, viviría en el mayor de los ostracismos y la apatía absoluta. Nuestra voz debe elevarse nuevamente para demostrar que la docencia está parada para mostrar que no todos queremos ser vasallos, agachar el lomo, recibir un latigazo y decir “gracias mi patrón”.