Dibujando

Creo que mis últimas entradas me han quedado un poco dramáticas (pero no soy yo, son mis neurodivergencias, una en concreto). Es por eso que me gustaría hablar un poco de algo que realmente se me da bien y no lo sabía aunque lo he hecho desde que tengo uso de razón y eso es: dibujar. Es una de las actividades con las que más disfruto, además me gustaría dedicarme a ello profesionalmente porque nunca es tarde (aunque todavía no tengo claro cuales son las salidas que puede tener mi estilo, solo se me ocurren algunas). Creo que haber encontrado un proceso creativo, una forma eficiente para resolver los dibujos y haber ganado en agilidad ha ayudado bastante a mi mejora y a mi autoestima en este sentido. Además he aprendido lo suficiente sobre narrativa visual y práctico casi a diario porque un boceto rápido en un cuaderno se hace en un momento. Pero esto no siempre fue así. Aquí vuelve a aparecer una mala combinación entre mi neurodivergencia y la falta de información sobre el tema a la que tenía acceso en la época (en los 80/90 internet estaba en pañales). Por un lado tenía la creencia de que solo existía el dibujo artístico (las academias para ser más precisos) y las ilustraciones de fantasía épica/heroica del estilo Dragones & Mazmorras y Conan. Cuando en realidad lo que más consumía por aquella era el anime de Miyazaki, el pseudo anime español (David, el gnomo, Willy Fogg, Dartacan,...y las marionetas de Jim Henson, pero de esto me he dado cuenta ahora, claro. Mis influencias en el estilo de dibujo son claras. A esto se le juntaba el querer ser perfeccionista, no tener una estrategia y no tener ni puñetera idea de que era eso del proceso creativo en general. Aún así llenaba folios de dibujos los días que no me frustraba cuando no me salía algo como yo esperaba que fuese. Por esa no tenía ni idea de que dibujar podía ser una profesión (de hecho diría que la industria no estaba tan desarrollada como lo está ahora o lo estaba a partir de los 2000 con el auge de la animación y los vídeo juegos. La única salida posible era Bellas Artes, pero además de que no me llamaba la atención lo suficiente el fracaso escolar tampoco ayudó. Pero podía hacer diseño gráfico o más bien artes gráficas que es donde acabé. Las artes gráficas resultaron ser lo menos creativo del mundo, el temario y el software no estaba actualizado (esto fue cuando adobe compró freehand y otros tantos programas que ya estaban casi en desuso y sin embargo, era lo que usábamos en clase). Lo único positivo de esto es que tuve mi primer y último contacto con los Mac, aprendí cuales eran las partes de un libro/publicación, tipografía,...y maquetación en general. Además del los conceptos básicos del CMYK, RGB y pantones, resoluciones y los formatos de archivo: jpg, tiff,... esto nunca se olvida. Después de esto tuvieron que pasar unos cuantos años y una pandemia para que retomara el dibujo en serio. Hasta entonces, lo retomaba y lo abandonaba por temporadas. También es verdad que me había centrado en escribir, esto me requiera mucho esfuerzo y me consumía demasiada energía. Tras estas dificultades creo que hay un final feliz por todo lo que he comentado anteriormente. ¿Me habría gustado acelerar el proceso? por supuesto, pero no estaba a mi alcance en ese momento. ¿Me habría gustado tener una formación reglada al respecto? no lo creo necesario. Además, el sistema educativo siempre va por detrás de lo que es un trabajo real de estas características donde aparecen a diario una técnica nueva, un software más potente y atajos varios para optimizar el proceso creativo y el resultado final. Por otro lado, ahora que sé un poco más me he dado cuenta de que muchos dibujantes/ilustradores son autodidactas. Por lo que sea todos hemos pasado por la fase de querer ser diseñadores gráficos. Al final la cabra tira para el monte y es inevitable acabar dibujando.

EFM