El nonno, entre el deporte y el inicio de la guerra
Durante los veranos de mi infancia me la pasaba bastante tiempo en lo de mis nonnos. Su casa era enorme y el patio inmenso, lleno de árboles, plantas y rosas que mi nonna cuidaba prodigiosamente. Durante las tardes, cuando el violento sol del verano derretía los parches de brea sobre el asfalto rotoso de Campana, nos refugiábamos en esa casa, en ese patio, a zambullirnos en la pileta enorme que mi nonno había construido. César era un eximio deportista, y la natación era una de sus actividades deportivas favoritas: si queríamos utilizar la pileta, primero, antes que nada, debíamos pasar por las clases de natación. A mi no me molestaba, amaba nadar y quería aprender, pero no a todos los nietos y nietas les gustaba.
César Bosoni nació en Milano, un 28 de noviembre de 1917, cuando todavía la Primera Guerra Mundial no había finalizado. Su padre biológico murió en 1918, durante el final del conflicto, luchando contra los alemanes, puesto que el Reino Italia combatió en ese momento contra las Potencias Centrales.
La infancia de mi nonno estuvo marcada directamente por el auge del fascismo y la figura omnipotente de Mussolini, quien se hizo del poder definitivo el 30 de octubre de 1922, cuando el rey Victor Manuel lo nombró Primer Ministro tras la Marcha sobre Roma. En esta marcha Mussolini movilizó a unos 25 mil “camisas negras” para ejercer presión sobre la Ciudad Eterna, logrando terminar con el parlamentarismo e instaurar así la dictadura del fascismo.
El fascismo, como todo régimen totalitario, buscaba, entre otras cosas, el control de los cuerpos, la exaltación de la virilidad y masculinidad, y una férrea disciplina basada en la sumisión absoluta a las cadenas de mando y jerarquías. Que mi abuelo haya ganado campeonatos de natación, practicado waterpolo y jugado en la 3ra del Inter no era casualidad, ya que […]Mussolini tomó el control del deporte y lo orientó hacia la regeneración social. Se trataba de educar a la juventud, de crear el “italiano nuevo, es decir, fuerte de espíritu, robusto en los músculos y sano, en la más amplia expresión ética de la palabra” (Varale, 1930, p. 2). Los valores del país se repensaron para convertir el deporte en la manifestación cultural más importante de Italia. Entre los atributos que le confiere el propio Mussolini a ese nuevo hombre que pretende forjar figuran:la tenacidad en el trabajo; la extrema parsimonia del gesto y la palabra; el coraje físico y moral.….
En el álbum de fotos de mi nonno, no solo figuran fotos de la guerra, sino también del período previo y posterior. La mayoría de las fotografías que datan al momento previo a 1938, en el que inicia su servicio militar, muestran lo anteriormente dicho: la vida de un joven italiano en el que deporte parecía ser lo más importante a mostrar. Campeonatos, competencias, escenas de partidos de fútbol y de cuerpos soleados y esculturales en raros calzones de natación. Mi nonno tuvo esa pasión por la actividad física hasta que el cáncer lo dejo postrado en la cama. De hecho, le gustaba tanto la natación, que según cuenta mi tía, hubo unos inviernos donde llenaba la pileta y se tiraba a nadar, con sus 70 y largos años encima. Mi nonna, tras varios ruegos, logró hacerlo desistir de aquel absurdo capricho.
Nadar para él era lo más bello del mundo. Debido a un problema en sus oídos, no podía sumergir totalmente la cabeza en el agua, por lo que nadaba y nadaba de espaldas. Cuando todos los nietos y nietas dejábamos de jugar en la pileta, pasadas las 19, él se tiraba y se quedaba casi 40 minutos o más nadando sin parar. Yo lo miraba, obnubilado: ¿cómo podía nadar tanto una persona tan vieja?¿de dónde salían esas fuerzas? Luego de sus ejercicios de natación, terminábamos la jornada de pileta con un ritual que a mi me parecía mágico, shamanístico, onírico. Arrojábamos cloro en el agua, medio bailando y trotando. Luego, mientras movíamos nuestros brazos cual plegaria hacía la pileta, él decía frases en su italiano torcido con español y tirábamos unas sales azules. Cuando estas hacían contacto con el agua, se armaban formas, nubes de ensueño que danzaban tras las aguas calmas de la pileta.
En 1938 el deporte deja de ser la mayor atención en la vida de César Bosoni, pues en septiembre de ese año comienza su servicio militar obligatorio a los 21 años. Debe abandonar su auspiciosa carrera en el Inter para cumplir sus dos años de servicio militar obligatorio. De Milano es trasladado a prestar servicios en la ciudad de Nettunia, a 70 km al sur de Roma sobre la costa del Mar Tirreno. Según mis averiguaciones, Nettunia fue una ciudad fundada en 1939 por Mussolini, para unir las comunidades de Anzio y Nettuno bajo una sola unidad, con fines económicos y militares-estratégicos. No he encontrado demasiada información sobre este “ciudad”, solo que fue sancionada en 1939, inaugurada en 1940 y desarmada en 1945, por lo que ya no existe. Pese a eso, las fechas de las fotos datan de 1938, un año antes de la teórica fundación, según el escueto artículo de Wikipedia Italia.
Es allí donde mi nonno recibe instrucción militar y comienza su entrenamiento como artillero del Regio Esercito. En base a las fotos que pude analizar y la información de las mismas, pude determinar que manejó cañones del tipo 105/32, 75/46, 105/28, 149/13 y 149/35. Los dos primeros se trataban de artillería antiaérea, mientras que el 149/35 era una pieza de artillería de campo. Probablemente haya manejado otro tipo de armamento de artillería, pero de los cañones que figuran en el álbum, tan solo esos aparecen nomeclados.
El 4 de diciembre del 38 es movilizado nuevamente al norte, a la ciudad de San Barnaba para un acontecimiento digno de los estados totalitarios: la Jura de lealtad a la bandera. Allí, en un desfile de soldados y altos jerarcas del fascismo, las jóvenes tropas de la Italia de Mussolini debían jurar lealtad no solo a la bandera, sino también al fascismo como la fuerza que venía a recuperar la grandeza del Imperio Romano. Luego de ese ínterin, volvería nuevamente a la ciudad de Nettuna, para proseguir sus ejercicios militares, sin olvidar, por supuesto, las competencias deportivas. Ahora ya no representaba a su querido Inter, sino al 6to raggruppamento artiglieria d’Armata, aunque durante su entrenamiento aparece como parte del 4to de artillería. Desconozco que significa “reagrupamiento” en términos militares. Estoy bastante seguro que formó parte de ese grupo, porque investigando en un sitio que lista todas las unidades de artillería encontré el 6to de Artillería donde figura uno de los cañones nomenclados en el álbum: no tengo certezas pero tampoco dudas. Respecto al 4to de Artillería, en ese sitio, los cañones que formaban parte de ese regimiento también son los mismos que aparecen en el álbum.
En marzo de 1940 mientras Hitler avanzaba sobre los territorios checos, Mussolini no se quiso quedar atrás y aprovechó para invadir el Reino de Albania. Luego de esto, el 22 de mayo, el Reino de Italia y la Alemania Nazi firmaban el Pacto de Acero, debido a la inminencia del estallido de la Segunda Guerra Mundial. Italia se sumó formalmente al conflicto el 10 de junio, cuando le declaró la guerra a Francia y al Reino Unido. A mi nonno le faltaban solo unas semanas para terminar su servicio militar y volver a tirar pelotazos en las canchas del Inter. Lamentablemente eso no sucedió, ya que estalló el conflicto. Sería recién en abril de 1941 cuando entrase en combate en la Operación 25, la “Invasión a Yugoslavia”.