A principios de año me propuse volver a retomar el diseño web.
La verdad es que cuando empecé no estaba segura de si iba a conseguir a hacer una página web desde cero, solo con código HTML y CSS, pero a día de hoy creo que avanzado una barbaridad en este aspecto y lo más importante, lo estoy entendiendo.
El CSS me ha dado algún quebradero de cabeza y del responsive ya ni hablamos. No obstante, he decidido tomármelo con calma. Por suerte, encontré la web de W3 Schools donde se encuentran todos los tutoriales que necesito para aprender estos lenguajes (y en algún momento también JS).
La idea es hacer mi website (ya tengo algunas partes bastante avanzadas) y subirla en Nekoweb, seguir trasteando un poco más y luego ya hacer otra en Neocities. Esa es la idea.
Lo positivo de esto es que me estoy dando cuenta de que las cosas que me faltan para el portfolio, no sé tengo la sensación de que todavía me queda camino por recorrer y material donde poder escoger.
Por otro lado, justo esta semana he acabado un curso presencial de diseño web de solo 40h. Lo sé, es demasiado corto, pero tener un título, aunque sea un diploma, quieras o no te válida algo.
Este curso me ha aclarado algunas cosas, me ha enseñado algunas etiquetas útiles que no he usado hasta ahora y he comprobado que Wordpress no es ahora mismo una opción para mí.
Según dijo el profesor la mayoría de las webs están hechas en esta plataforma (y si has tenido blog alguna vez se nota), las plantillas están enfocadas más al comercio/servicios y por si fuera poco es el sitio más hackeado en la actualidad.
Hay que ver como han cambiado las cosas en solo unos años.
EFM
Errata Naturae se ha convertido en una de mis editoriales favoritas.
Desde hace unos años busco busco historias en las cuales no sucede nada en particular y si además estas transcurren en plena naturaleza mucho mejor.
Este género se llama Nature Writing y por general estas novelas suelen ser ensayos y autobiografías.
Una de mis lecturas favoritas de esta misma editorial es sin lugar a dudas La montaña viva de Nan Shepard.
En ocasiones puedo hacer excepciones con la LIJ (recomendada para a partir de 8 años, incluso menos). He disfrutado como una enana con La pequeña brujita Hazel de Phoebe Wahl y con 100 pisos bajo el mar de Toshio Iwai (estos libros ilustrados pertenecen a otras editoriales que también me encantan, Savanna books y Pastel de luna, respectivamente).
Por otro lado cada vez estoy más convencida de que mi estructura narrativa preferida es la japonesa: Kishotenketsu (consta de cuatro actos y carece de conflicto). Siempre he disfrutado viendo películas de anime de Miyazaki (entre mis favoritas se encuentran El viaje de Chihiro, Mi vecino Totoro y Niki, aprendiz de bruja).
Creo que esto se debe principalmente a dos motivos: el primero es que acabé saturada de novedades donde prometen lecturas trepidantes. El segundo es que por una serie de circunstancias (pandemia) aprendí a dibujar correctamente y me he dado cuenta de que mis principales fuentes de inspiración y/o influencias son las que ya he mencionado: naturaleza y artistas asiáticos (japoneses, chinos, coreanos,...).
Podría decir que después de tantos años dando vueltas sobre lo mismo sin ningún éxito he conseguido encajar las piezas entre mi yo lectora y mi yo creativa.
Para conseguirlo solo he tenido que regresar a la infancia y hacer lo que más me gusta.
EFM
He vuelto ha resucitar este blog tras sopesar las opciones que tengo para escribir cuando me venga en gana (o más bien cuando los astros se alineen).
Debo reconocer que la primera fue substack, pero allí ya tengo una cuenta dedicada a la ilustración y llevar dos a la vez teniendo que usar otro email es demasiado engorroso para mí.
Por otro lado, no deja de ser otra red comercial más con lo que eso conlleva. Hace tiempo que no trato de entrar en el juego de los algoritmos porque no funcionan y resulta agotador. Quizá lo único positivo de esta plataforma es que al ser un formato de lista de correo y ser usado por ilustradores (entre otros artistas) no hay un mínimo de extensión de palabras obligatorio para hacer la SEO (si es que sigue existiendo).
Este año he dado unos cuantos tumbos por las nuevas redes sociales. No hecho de menos tuiter (aunque sí a la gente que conocí allí y a las que he perdido el rastro). A veces asomo la cabeza por facebook donde sorprendente todavía me quedan contactos que postean con frecuencia.
Diría que solo mantengo de forma más o menos regular mi perfil de instagram, no solo porque sigo subiendo mis dibujos, también por ser la única forma que tengo de mantenerme al día en cuanto a novedades editoriales y otras cosas relacionadas con la ilustración (además de actualizaciones de restaurantes locales también no nos vamos a engañar).
Además, he empezado a usar kofi, ya que necesito un lugar donde tener mis dibujos un poco organizados.
Esto puede ser el resumen de los cambios que hecho por ahora en cuanto a redes sociales (aunque seguro que me he dejado algo en el tintero). No sé si soy una romántica por querer seguir usando la palabra escrita para expresarme (ya sé que no porque cada vez hay más personas que vuelven a los blogs) o solo sensata por no querer exponerme (con lo justo voy bien, gracias).
EFM